Hay ocasiones en las que conviene pararse a reflexionar y echar un vistazo a lo que hacemos y a lo que ocurre a nuestro alrededor. Es necesario porque, en el fragor del día a día, a veces uno se ofusca o se apasiona demasiado, e incluso llega a perder la perspectiva tanto como para que se nos pasen desapercibidas cosas excepcionales y a la inversa. En el mundo de la gestión cultural este pararse a reflexionar es "conditio sine qua non". Un periodista musical, Consejero de Cultura, crítico musical o agente artístico, no puede pasar por alto el talento, como tampoco potenciar la mediocridad. Simplemente porque lo primero evitaría al público el beneficio de experiencias estéticas saludables que, con buen gusto, le hicieran pasar un buen rato y le evadan de los problemas del día a día. No se puede olvidar que esta es la principal razón que sustenta el hecho artístico. Por otro lado, lo mediocre, sólo producirá frustración estética y aburrimiento. Esta es la razón por la que a veces conviene pararse, con humildad, y alzar la cabeza. Asturias ha conseguido aumentar su calidad musical hasta cotas envidiables. Aunque no terminemos de creérnoslo del todo, en el Principado hay intérpretes, conjuntos, entidades y ciclos de primer nivel mundial. Es importante tenerlo claro, para así sacarle el debido partido y, potenciando su funcionamiento con dinero público y privado, conseguir que se beneficien tanto los protagonistas como nuestra región. Uno de los casos más paradigmáticos es el del coro El León de Oro, posiblemente uno de los tres mejores coros de Europa que, no hace demasiado tiempo, todavía no era percibido ni conocido por la mayoría de los asturianos. Incluso en su caso todavía queda mucho camino por recorrer, si es que hablamos de apoyos económicos y gestores. También está Beatriz Díaz, la más importante soprano de la historia del Principado de Asturias a sus 28 años. Es un caso excepcional que está reconociendo más Riccardo Muti, La Scala y La Fenice que nuestras entidades. Algo parecido ha pasado con Forma Antiqva, un excelente conjunto asturiano, especializado en la interpretación de la música antigua que, desde hace diez años, viene trabajando, desde Langreo, en el Principado de Asturias. Lo conseguido por esta agrupación ha sido tan importante como para que "Scherzo", la revista de música clásica más prestigiosa de España, les haya dedicado la portada de su último número. Por el contrario, en Asturias y, concretamente en Langreo, Forma Antiqva ha tenido que dar por finalizado su Festival de Música Antigua "Eloy Zapico" por falta de ayuda. Diez años llevaba el ciclo acercando lo último y mejor de los criterios interpretativos historicistas nada menos que a Langreo, un lujo artístico que quizás no nos merecíamos porque, es evidente, no hemos conseguido prestarle la atención debida. Ha tenido que venir Scherzo a sacarnos los colores para darnos cuenta de la calidad de esta agrupación. Y que sea para bien, para rectificar y mejorar. Bajo el título de Amore x Amore, Forma Antiqva acaba de editar una trabajo discográfico con el prestigioso sello muniqués Winter&Winter, dedicado a las Cantatas de cámara Haendel. Los hermanos Zapico, Aarón (clavecín), Pablo (guitarra) y Daniel (tiorba), junto a Enrike Solinís (guitarra), Rami Alqhai (viola de gamba) y el contratenor Xavier Sabata, han dejado un trabajo de exquisita factura interpretativa, realizado con verdadero amor por un repertorio no demasiado popular dentro de la producción haendeliana. Si el Festival de Música Antigua "Eloy Zapico" de Langreo no pudo pasar de la presente edición porque el Ayuntamiento de Langreo, Cajastur y la Consejería de Cultura no han apoyado suficientemente por la coyuntura económica, y si la sociedad asturiana no ha percibido que el trabajo de este conjunto es realmente excepcional en nuestro contexto cultural, quizás ha llegado el momento de pararse a reflexionar y rectificar, porque la calidad de este conjunto es de primera, y de Asturias.