Crudo amor, dulce afectoEl ComercioDisco: Crudo Amor02 de marzo de 2016En los últimos años, el compositor Agostino Steffani (1654-1728) ha pasado de ser un personaje tangencial en la historia de la música barroca al que se recordaba principalmente como predecesor de Haendel en Hannover, a adquirir una clara notoriedad literaria y musical. En la base de esta nueva revitalización del músico italiano están la novela 'Las joyas del paraÃso', de Donna León y las grabaciones de algunas de sus arias operÃsticas y páginas sacras como el 'Stabat Mater', interpretadas por la mezzo Cecilia Bartoli. El acercamiento de Forma Antiqva a la músiva vocal de Steffani es simultáneo al redescubrimiento internacional del músico. Hoy lo presentan en directo en el Auditorio Nacional de España, en Madrid. Mañana, a las 20 horas, abren la temporada barroca en Oviedo. La colección de los seis dúos recogidos bajo el nombre de uno de los más destacados, 'Crudo amor', son como pequeñas cantatas de cámara en varios movimientos para sorprano, contratenor y bajo continuo, destinadas a esa idea tan barroca de 'mover los afectos', o lo que nosotros decimos, 'conmover' por medio de la voz y los instrumentos. La temática, heredera del madrigal, son los varios efectos y afectos del amor, desde la contemplación idealizada al sufrimiento amoroso. La lÃnea del bajo continuo, reforzada por la violonchelista Ruth Verona, sigue en estos duetos 'la manera Zapico': las notas del bajo se enriquecen con improvisaciones melódicas y rÃtmicas coprotagonizadas por el clave, la tiorba y la guitarra barroca. FantasÃa instrumental por lo que el continuo deja de ser un mero esqueleto armónico que soporta la melodÃa para compenetrarse expresivamente con los recitativos, las arias a solo y las arias a dúo vocales. De las dos voces, la soprano Eugenia Boix posee tres cualidadades muy apropiada para la interpretación de esta música: la primera, la homogeneidad en todos los registros; la segunda, la belleza del timbre y la tercera un lirismo contenido y encantador. Junto a ella, el contratenor Carlos Mena, aporta la naturalidad expresiva, la elocuencia muy musical, especialmente en los recitativos y un delicado equilibrio contrapuntÃstico. El resultado es un mundo de sutilezas exquisitas, de luminosos contrastes y de una Ãntima variedad expresiva. El disco se complementa con tres piezas instrumentales a solo -una para cada hermano Zapico- que separan los diferentes dúos. El primero de estos intermedios es la "Tocatta Terza" de Giovanni Girolano Kapsperger, para tiorba, interpretada por Daniel Zapico, una obra muy cercana en espÃritu a los preludios de las suites barrocas para laúd. La segunda pieza instrumental es el "Pasacalles" de Johann G. Ferdinand Fischer, para clave, interpretada por Aaron Zapico, una obra en la que su realización de variaciones sobre un bajo está cercana al espÃritu de Bach. El tercero y último, el "Pasacalles" de Francisco Corbetta, para guitarra española, interpretado por Pablo Zapico. Música instrumental que completa lo que podrÃa ser una fiesta musical con música de cámara, en los tiempos de Agostino Steffani. |